El boom económico producido por el alza de los precios de las materias primas, se expresó también en un crecimiento nunca antes visto del sector inmobiliario, de la industria del cemento, de los sectores comerciales proveedores de materiales de construcción. La cara urbana de Santa Cruz, La Paz, el Alto, hasta la del Chapare y de ciudades intermedias de Santa Cruz y Cochabamba, ha cambiado notablemente, en todos esos lugares los edificios inundan las ciudades. Pero el boom de estos sectores va de la mano del crecimiento de las actividades bancarias, las mismas que como nunca antes, han tenido un manejo de montos extraordinarios de depósitos y de cartera de créditos,111 a lo cual se ha sumado la legislación pública de oferta de créditos para la construcción de vivienda social. El boom económico, a la par, ha significado un crecimiento significativo del consumo, de aumento de las clases medias,112 por ello han aumentado sus operaciones los supermercados y los servicios de restaurantes para clases medias-medias y clases medias altas. La nueva realidad del país habla de la existencia de estatismo económico, de un capitalismo de Estado aliado de las elites económicas de la burguesía agropecuaria de oriente, pero acompañado por un neoliberalismo popular, de sectores sociales populares que le piden todo al Estado, pero que le exigen que no toquen sus negocios-cocaleros, cooperativistas mineros, contrabandistas, ropavejeros, transportistas. El extremo de esos neoliberales son los cocaleros que prefieren el liberalismo económico, para que el Estado no se meta en el circuito de la coca que va más lejos de solamente los productos legales.