Ayer estima que la filosofía oxoniense del «lenguaje corriente» no es, ni es deseable que sea, una pura «filosofía lingüística», sino un estudio del lenguaje en tanto que explica hechos. De no ser tal, la filosofía lingüística se transformaría en un fin en sí misma o. mejor, en un medio que pretendería pasar por fin. Puesto que la filosofía se debería interesar en las «fotografías» y no solo en «el mecanismo de la cámara fotográfica». Sin embargo, la filosofía no debería ni intentar solo de hechos, ni solo de teorías, sino de los «rasgos arquitectónicos de nuestro sistema conceptual» en tanto que este sistema pretende explicar o describir hechos. Lo que marca, como Ayer reconoce, un cierto «retorno a Kant», bien que a un Kant sin ni una “antropología a priori”
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