Ordenó cada organismo en categorías taxonómicas, que van de lo general a lo particular: Reino, Filo, Clase, Orden, Familia, Género y Especie.
Con el fin de evitar confusión entre la comunidad científica, decidió asignar a cada especie un nombre único a partir de un sistema universal: la nomenclatura binomial o nombre científico de una especie está compuesto por los nombres del género y el epíteto específico. El género inicia con mayúscula y el epíteto con minúscula, ambas en cursivas o subrayadas.