Quizá el cerebro puede ser la fuente física de la conciencia de todos los seres humanos, Hay, pues, una sensación de “mismidad”, como dice Erikson: cada uno tiene una forma peculiar de vivir el tiempo, los sentimientos, los pensamientos y, con todo ello, las creencias, valoraciones y emociones de una forma regular, consistente con nuestra experiencia cultural.