El método de Freud, alejado de la clásica hipnosis y puesta en estado de los pacientes, pasó a centrarse en la persona consiente y aquello que podía llegar desde el lenguaje.
Durante un estado de conciencia, Freud ponía su mano sobre la cabeza de los pacientes, realizando afirmaciones como las siguientes "Una vez que retire mi mano se le vendrá algo a la mente, es necesario que conserve dicha idea, pues es nuestro punto de partida"
Gracias a este procedimiento se dio cuenta que en efecto los pacientes eran capaces de recordar cosas útiles para iniciar y conducir su terapia
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Gracias a este método, fue capaz de recuperar fechas, días, años, números y demás detalles importantes y exactos de los recuerdos de sus pacientes.
Esto llevó a Freud a asegurar que: Las vivencias de importancia patológica son fielmente recordadas por la memoria y que las personas recordaban más de lo que a primera vista eran conscientes.
Llegó al punto de tener tanta confianza en su método que posteriormente, quienes afirmaban no tener ninguna regresión, los confrontaba diciendo que, si sabían algo, pero no querían decírselo, ya sea por vergüenza o alguna otra causa personal.
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