La concientización es un proceso continuo, sometido a la fuerte presión de la influencia de las tendencias dominantes, que, en la medida en que emanan de los grupos con poder estatuido, suponen no sólo la contraposición de ideas, sino más aún, el uso de numerosos medios represivos. Por ello, la movilización de conciencia y el compromiso no son imperecederos, inmutables, no se dan de una vez por todas y para siempre, sino que evolucionan de acuerdo con la vida y los logros de la comunidad, conforme a las influencias y presiones que se puedan recibir.
En los procesos de problematización, desideologización y concientización radicará la posibilidad de los cambios tanto esperados como inesperados, según se den en una relación intencional o como parte de algún proceso específico que puede darse en una colectividad, grupo o persona, en sus experiencias de vida.