Cuando las infringen, las discusiones acaloradas en caliente son inútiles y nefastas. Si se ha establecido una hora de regreso a casa, y no se cumple, no conviene reñirles en caliente. Es preferible contener el enfado del momento, esperar al día siguiente y decirles entonces con toda serenidad: “¿Entendiste que te dijimos que si llegabas tarde, no volverías a salir por la noche en un mes?...Pues ya sabes, vamos a seguir lo planeado”.