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La actitud ante los bienes materiales - Coggle Diagram
La actitud ante los bienes materiales
Los bienes materiales y la dignidad humana
El hombre es un ser formado por cuerpo y espíritu. La inteligencia y la voluntad son cualidades espirituales que lo distingue del resto de los animales.
El cuerpo es un elemento esencial, somos seres materiales por lo que necesitamos, comida, vivienda y seguridad.
Esos bienes materiales permiten que el ser humano lleve una vida acorde a su dignidad y Dios es el origen de todos sus bienes; y por consiguiente son buenos.
La propiedad
Ya que el hombre es capaz de tener, este tiene la capacidad para hacer propia de las cosas; y en este sentido la propiedad es una derivación y prolongación de la libertad.
La autoridad política debe respetarla.
La propiedad es el medio qué tiene el ser humano para producir los bienes necesarios para su subsistencia.
A partir de la propiedad
y de los bienes materiales
se dice que:
La propiedad y el uso de los bienes no son valores absolutos.
El hombre debe habitar y poseer el mundo sabiendo que no es suyo, que tiene que cuidarlo y que no puede servirse de él de cualquier manera.
Tenemos una autentica responsabilidad ecológica ante Dios, el resto de los seres humanos y las generaciones futuras.
Las propiedades y el uso de los bienes materiales son un medio para el desarrollo integral del individuo y de la sociedad y deben superditarse al bien espiritual y moral del hombre; a la vez no pueden ser el centro de aspiraciones humanas.
El capricho y el consumismo
Nos hacen menos libres y generan una auténtica esclavitud a cosas como a la moda y a las necesidades superfluas, entre otras.
Se relacionan ya que el mal uso de los bienes materiales empobrece el espíritu y provoca la confusión del ser con el tener.
Generalidades de la pobreza
Esta puede ser tanto material,
como cultural o también moral.
También atenta contra la dignidad del ser humano, ya que hace que alguien preparado para el conocimiento y la belleza de centrarse en tan solo sobrevivir.
La situación de pobreza designa
el estado de carencia de los bienes básicos.
La pobreza suele llevar aparejadas
la enfermedad y la muerte.
Combatir la pobreza y la acción del cristiano.
Se dice que las autoridades políticas y los individuos tienen el grave deber de paliar la pobreza que sufren otros seres humanos.
Los medios a nuestro alcance son diversos, por ejemplo: organismos de cooperación internacional, ayudas económica de estatales, colaboración con entidades no gubernamentales o donativos, entre otros.
La acción cristiana, que está inspirada por el ejemplo de Jesús y por el Evangelio de las Bienaventuranzas, está motivada no solo por este afán de justicia, sino también por el amor a los pobres.
A la vez, se dice que en ellos reconocemos de un modo especial la presencia de Cristo; y de ahí el amor de preferencia que la iglesia tiene por los necesitados.
La fe en Jesucristo nos impele a trabajar sin descanso por las necesidades de los desfavorecidos.
Podemos decir que
la vida económica:
Debe inspirarse en la justicia y la solidaridad.
No es aceptable un crecimiento económico obtenido con menoscabo de los seres humanos, de grupos sociales y grupos enteros, condenados a la indigencia y a la exclusión.
La expansión de la riqueza, visible en la disponibilidad de bienes y servicios, y la exigencia moral de una justa difusión de estos, deben estimular al hombre y a la sociedad en su conjunto a practicar la virtud esencial de la solidaridad.