La autoridad es la facultad o potestad que se tiene para gobernar o ejercer el mando.
Como tal, la autoridad es el atributo que otorga a una persona, cargo u oficio el derecho para dar órdenes. Asimismo, es la cualidad que propicia que una orden de cumpla. De este modo, tener autoridad supone, por un lado, mandar, y, por el otro, ser obedecido.
Tipos de autoridad según su procedencia
En primer lugar podemos organizar los tipos de autoridad en dos categorías en función de si aparece por imposición social o por convicción en las capacidades del individuo que la ostenta.
Autoridad moral
Se entiende la autoridad moral aquella que es otorgada en base al respeto por las cualidades manifestadas por el líder, bien por su experiencia o bien por sus características morales. No se basa en el carisma, sino en el respeto por lo que representa la persona. Al igual que la autoridad carismática (que veremos más adelante), surge del reconocimiento y no de la imposición. Puede subdividirse en técnica (basada en el conocimiento y experiencia) y personal (basada en lo moral).
Autoridad formal
Uno de los tipos de autoridad básicos. Se trata del tipo de autoridad que es ejercido debido a aspectos que no se derivan del respeto por las capacidades del otro, sino de su posición y la capacidad de administrar recompensas y castigos. Se considera que la autoridad es impuesta y asignada por otros, sin que los seguidores tengan en principio influencia en ella (si bien la asignación de dicha autoridad puede haberse derivado del respeto previo).
Específicamente, es el tipo de autoridad que proviene de se le haya proporcionado algún tipo de superioridad posicional a un individuo con respecto a otros, permitiendo que tenga poder de decisión sobre éstos. Es la que depende del puesto o estatus quo. Puede subdividirse en lineal (basada en una jerarquía) o funcional (centrada únicamente en un ámbito o una tarea específica).