Esta capacidad resulta fundamental en un mundo de mercados globalizados, en los que el cliente por lo general puede elegir lo que necesita de entre varias opciones. Así, cada vez más las organizaciones, ya sea un fabricante, un hotel, una escuela, un banco, un gobierno local o un partido político, compiten por
los clientes, por los estudiantes, por los recursos de apoyo, etc Esto lleva a que las compañías busquen mejorar la integración e interrelación de sus diversas actividades.