Los textos clásicos coinciden en que sus orígenes pueden rastrearse a finales del siglo XIX e inicios del XX, y señalan, entre otros, a los planteamientos teóricos de la evolución de Darwin, en biología, el desarrollo de la estadística, con personajes como Spearman y Pearson, y el interés por medir las capacidades intelectuales de los individuos (Anastasi, 1977; Nunnally, 1970), además de la insatisfacción con los modelos analíticos de la época y la exigencia de una psicología científica.