Ferrer (1998) afirma: El sistema educativo debe asumir multiplicidad de identidades como una clara riqueza pedagógica: la presencia de multiculturalidad, plurilingüismo, pluricromaticidad, diversidad estilos, de pensamientos, de estilos relacionales, de estilos motores, etc; precisará de una actuación original y especifica por parte de los educadores. (p.13)