Para poder evitar un desastre mayor, es decir una guerra, Gran Bretaña y Francia deseaban que la URSS se uniese a la armada antialemana, aunque estos declinaron ya que se sintieron incorrecto el ir en contra de Alemania y el ser solo una herramienta más no un aliado. Sin embargo, Alemania si pudo negociar con este y así se formó el Pacto Nazi-Soviético, anunciado el 23 de agosto de 1939, una semana antes de que Alemania declarara la guerra a Polonia el 1 de septiembre.