Técnica de la perspectiva amistosa (Ansiedad)
1.Elegir una preocupación
Puede ser de cualquier tipo, algo que te genere suficiente ansiedad y presta atención a todo lo que te dice, sin importar cuan malo sea. 2.Imaginarse a un buen amigo sentado frente a uno.
El siguiente paso es imaginar que uno de tus mejores amigos está sentado delante de ti y viene a pedirte consejo, pues está seguro de que tú le podrás ayudar. 3 Aconsejar a tu amigo
Ahora es tu turno de aconsejar a tu amigo en aprietos diciéndole lo que, según tú, él podría hacer para resolver su problema.
El secreto está en que, al estar tú metido en el problema, estás demasiado agobiado para ver las soluciones, pero si te sales del problema y los pones, a través de la imaginación, en la piel de otra persona, será más sencillo que, con tu mente despejada, puedas ver las soluciones que tienes más a la mano y utilizar muchas o todas ellas.
Cierra tus ojos y visualiza lo más claramente posible a tu amigo imaginario y escucha con atención todo lo que te dice. Cuando llegue tu turno de aconsejarlo, hazlo en voz alta.