Fecundación y Desarrollo del producto

¿Qué es la fecundación?

Unión del espermatozoide con un ovocito secundario; se lleva a cabo en la ampolla de la trompa de Falopio a través de diversos procesos que permiten la fusión entre ambos gametos.

Capacitación del espermatozoide

La capacitación del espermatozoide es un requisito indispensable para que ocurra la fecundación; dicho proceso es muy complejo e incluye cambios metabólicos y modificación en la permeabilidad de la membrana plasmática del espermatozoide. Esto ocurre mientras el espermatozoide recorre la cavidad uterina y la luz de la trompa de Falopio.

Desde que se deposita el semen en la vagina se inicia la carrera en la que se capacitarán los espermatozoides, y el más apto es el que podrá fertilizar al ovocito. De los millones de espermatozoides que se depositan durante el coito (100 millones por mililitro aproximadamente), la mayoría muere debido a la acidez propia de la vagina.

Inicio de la fecundación

La fecundación comienza desde el momento en que el espermatozoide se abre paso a través de las barreras del ovocito: corona radiada, zona pelúcida y membrana plasmática, así como los eventos que suceden en el interior del ovocito en respuesta a la penetración.

En el ciclo menstrual normal se libera un óvulo de uno de los ovarios alrededor del día 14 antes de la siguiente menstruación. La liberación del óvulo se denomina ovulación. El óvulo alcanza el extremo en forma de embudo de una de las trompas de Falopio, donde se puede producir la fecundación, y es transportado hasta el útero.

Si no es fecundado, el óvulo degenera y se elimina a través del útero en el siguiente período menstrual

Si, por el contrario, un espermatozoide consigue penetrar en el óvulo y lo fecunda, éste comienza a convertirse en embrión mediante una serie de divisiones celulares.

Si se liberan y fecundan más de dos óvulos, se produce un embarazo múltiple (en general, de dos fetos) y en este caso se habla de mellizos. Los gemelos idénticos son el resultado de la separación de un óvulo ya fecundado, en dos células independientes la primera vez que se divide.

Del óvulo al embrión

El óvulo fecundado (cigoto) se divide en repetidas ocasiones mientras se desplaza para llegar al útero. Primero, el cigoto se convierte en una sólida bola de células (mórula), luego en una esfera hueca formada por células llamada blastocisto. Dentro del útero, el blastocisto se implanta en la pared uterina y se transforma en el embrión y la placenta.

Implantación y desarrollo de la placenta

La implantación es la unión e inserción
del blastocisto a la pared del útero.

Las células internas de la parte más gruesa de la pared del blastocisto se convierten en el embrión, mientras que las externas penetran en la pared uterina para formar la placenta.

La placenta produce hormonas que ayudan a mantener la gestación y permite el intercambio de oxígeno, nutrientes y productos de desecho entre la madre y el feto.

El blastocisto habitualmente se implanta cerca del fondo del útero, ya sea en la pared anterior como en la posterior. La pared del blastocisto tiene el espesor de una célula excepto en un área en la que tiene de tres a cuatro células.

La implantación comienza entre 5 y 8 días después de la fecundación y se completa en 9 o 10 días.

La implantación es la unión e inserción
del blastocisto a la pared del útero.

La pared del blastocisto se convierte en la capa externa de las membranas (corion) que rodean al embrión. Una capa interna de membranas (amnios) se desarrolla entre los días 10 y 12 y forman el saco amniótico. Éste se llena de un líquido claro (líquido amniótico) y se extiende para envolver el embrión en desarrollo, que flota en su interior.

Por otro lado, las diminutas prolongaciones (vellosidades) de la placenta en desarrollo se extienden hasta la pared del útero y se ramifican hasta formar un complicado patrón arborescente. Esta ramificación aumenta en gran medida el área de contacto entre la madre y la placenta y permite el tránsito de más nutrientes de la madre al feto y de los productos de desecho del feto a la madre.

La placenta está completamente formada entre las semanas 18ª y 20ª, pero sigue creciendo durante todo el embarazo; en el momento del parto, alcanza el medio kilogramo de peso.

Desarrollo fetal

Cuarto mes

Quinto mes

Tercer mes

Sexto mes

Segundo mes

Noveno mes

Primer mes

Al cabo de 4 semanas, el feto experimenta la fase inicial de la organogénesis, es decir, el momento en que los órganos y el sistema nervioso comienzan a formarse. El feto, que mide entre 2 y 5 milímetros, ya tiene corazón y estómago, no tiene boca ni ojos y las extremidades todavía no se pueden distinguir. El embrión, vinculado a través del cordón umbilical, flota en la cavidad amniótica.

En esta etapa del embarazo los órganos están más desarrollados. El feto aún no ve bien y no siente, mide 3 centímetros y pesa alrededor de 3 gramos. El cerebro, el hígado, el estómago y el páncreas se forman completamente. Las extremidades, la columna vertebral y los primeros músculos comienzan a estirarse y el corazón comienza a desarrollarse hacia la derecha y hacia la izquierda. La nariz y las orejas se hacen visibles, y la lengua y el nervio óptico empiezan a definirse.

Durante el tercer mes el feto triplica su tamaño. Se desarrollan las células nerviosas y el esqueleto comienza a desarrollarse. Los dedos pueden doblarse para formar un puño, pero el cerebro todavía no controla ningún movimiento. Los ojos se forman definitivamente, la boca se abre, los labios se delinean y lentamente las fosas nasales comienzan a abrirse.

Los instintos de succión también comienzan a desarrollarse y al final del mes (decimotercera semana), el feto pesará unos 65 gramos y medirá 12 centímetros.

Durante el cuarto mes el cuerpo se cubre de lanugo, un vello fino.

Se forma el apéndice del intestino y el líquido amniótico entra y sale de los pulmones, aunque aún no haya desarrollado la función respiratoria.

El aparato auditivo está definido; el feto todavía no ve, pero la retina de los ojos ya es sensible a la luz.

Este mes la mujer deberá someterse a la ecografía morfológica. Los músculos se fortalecen, una ligera vellosidad comienza a ser visible en la cabeza y se definen las huellas dactilares. Es el momento de la segunda ecografía, llamada morfológica, que a menudo permite ver el sexo del bebé. Se definen las huellas dactilares, un ligero vello comienza a cubrir la cabeza, el iris del ojo se pigmenta. Alrededor de la semana veintiuno, el feto pesa unos 300 gramos y mide unos 24 centímetros.

Durante este mes se están formando los órganos sexuales, las yemas dentales y las uñas. Comienza una de las fases más emocionantes para la madre y el padre, el bebé empieza a sentir y reaccionar al tacto y a los sonidos.

Séptimo mes

Es la fase en la que se completa la maduración nerviosa y cerebral. El bebé puede abrir los ojos y sentir la luz. El peso es de unos 1.500 gramos y mide unos 37 centímetros de largo.

Octavo mes

Durante el octavo mes, la audición se refina, el bebé se alimenta del líquido amniótico y se desarrollan el sentido del gusto, el tracto digestivo, los riñones y las uñas. El bebé comienza a ser sensible al dolor.

Durante el último mes de embarazo, el bebé se vuelve más regordete debido a la acumulación de grasa subcutánea. Comienza a colocarse con la cabeza hacia abajo (en el 95% de los casos), preparándose para el parto. Sin embargo, el cerebro aún no se ha desarrollado del todo, pero continúa haciéndolo rápidamente.