Es una realidad que nadie pidió, pero en la que está inmersa la humanidad. Es una realidad y no una teoría. Pero como señala Ohmae (2005), una autoridad en el tema de la globalización, la palabra globalización nos sugiere una manera de enfrentar la realidad de un mundo interconectado, virtual y real, visible e invisible; una red delicadamente tejida y asistida por sus diversas fuerzas participantes: industria, academia, gobiernos, gremios, entre otros, que establece y promueve un mundo más abierto, competitivo y desafiante.