Desde entonces, la literatura prosiguió una marcha de constante innovación y renovación, de la mano de las corrientes filosóficas que imperaron en adelante. Así, hubo una literatura de la Ilustración (en la que predominó el Realismo), una literatura del Romanticismo, y finalmente un posromanticismo que, a mediados del siglo XIX y comienzos del XX, inauguró la literatura moderna (que bien podría llamarse contemporánea).