Los fármacos administrados son principalmente anestésicos generales, broncodilatadores, antibióticos, corticoides, etc. Su absorción es rápida por la extensa superficie de la mucosa traqueal y bronquial y la proximidad que existe entre los vasos pulmonares y la mucosa, alcanzando rápidamente la circulación general. El paso de las sustancias a la corriente circulatoria es por difusión simple, a favor del gradiente de presión. La velocidad de absorción dependerá de la concentración de la sustancia en el aire inspirado, la frecuencia respiratoria, la perfusión pulmonar y la solubilidad de estas partículas en la sangre. Estos medicamentos pueden ser de dos tipos: líquidos, que se administran con ayuda de nebulizadores, o partículas sólidas que son aplicadas con aerosoles.