Cuando la investigación está referida a la específica conducta humana que produce un daño individual o social, de cierta magnitud (delito) puede proyectarse en tres ángulos diferentes, correspondientes a los tres tipos de ciencias antes citadas. Así: cuando se estudia el delito en sus causas endógenas y exógenas, y en su desarrollo, se tiene la criminología; cuando se estudia el modelo de comportamiento ilícito descrito por el
legislador en los tipos penales, tenemos el derecho penal; y, cuando se indagan las circunstancias personales, instrumentales y temporo-espaciales en que se realizó el hecho delictivo, a fin de identificar, perseguir y capturar a su autor, se tiene la criminalística. En consecuencia, la criminología es una ciencia causal explicativa, ubicada, por ello, en la esfera de las ciencias del “ser”; ubicación distinta a la del derecho penal, que por ser una
ciencia normativa, pertenece a la esfera de las ciencias del “deber ser”.