La demanda
La función de demanda del bien i nos indica la cantidad solicitada de un bien o servicio en función de todos sus posibles determinantes. Estos suelen agruparse:
Precio de otros bienes relacionados (pj)
Renta de los adquirentes, que nos indica su «poder de compra». Suele estar correlacionada con la «renta nacional» (Y)
Precio del propio bien (pi)
Los «gustos» y «otras causas»
Elasticidad renta
Mide la variación porcentual de la cantidad demandada de un bien ante un cambio porcentual unitario en la renta.
Los bienes se clasifican en las siguientes categorias:
Bienes normales
Bienes inferiores: ey < 0.
Bienes normales − ordinarios (o, simplemente, «ordinarios»): 0 < ey < 1.
Bienes normales − suntuarios (o «de lujo»): ey > 1.
Elasticidad cruzada
Nos indica en qué porcentaje cambia la demanda del bien i tras la variación porcentual unitaria del precio de un producto relacionado, j. El concepto de elasticidad cruzada es de utilidad en la disciplina de «Economía industrial», en la que se analiza (entre otras cosas) el mercado de referencia en el que compiten los productores.
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Los bienes se clasifican en complementarios, sustitutivos e indiferentes:
Bienes sustitutivos
Bienes indiferentes
Bienes complementarios:
eij < 0. A esta categoría pertenecen el hardware y el software, el automóvil y la gasolina, las tablas y las botas de esquiar... Al aumentar el precio del primer elemento de cada par se registrará una caída de la demanda del segundo, y viceversa.
eij > 0. Ejemplos típicos serían ordenadores frente a teléfonos móviles con algunas prestaciones comunes; automóvil frente a transporte público; gasolina frente a gasoil; margarina y mantequilla... Al aumentar el precio del primer elemento de cada par esperaremos un aumento en la demanda del segundo, y viceversa.
eij ≈ 0. Los bienes que no guardan relación tendrán una elasticidad cruzada cercana a cero. Cambios en el precio de uno no afectan en la cantidad demandada del otro.
Curva de demanda
la relación concreta que existe entre la cantidad demandada de un bien y su propio precio. El precio de los otros bienes, la renta y las preferencias permanecen constantes durante el espacio temporal al que nos referimos. Estimamos econométricamente una función que relaciona la cantidad vendida con el precio.
La ley de la demanda
Esta relación tiene signo negativo: al aumentar el precio de un bien, disminuye la cantidad demandada del mismo. Se representa por una curva con pendiente negativa en el espacio (pi − qi) o, por abreviar, (p − q)
Desplazamientos
La posición de la curva de demanda viene determinada por los parámetros a y a. El primero corresponde al origen en abscisas e indica la cantidad demandada a un precio nulo. El segundo sitúa el origen en ordenadas e indica el máximo precio que estaría dispuesto a pagar el consumidor; por encima de ese precio no se consumiría nada. Trazando una recta entre estos dos puntos, tenemos situada la curva de demanda. Esta curva se desplaza al variar alguno de los determinantes de la demanda incluidos en a, a. Los suponíamos fijos a fin de analizar la relación entre la cantidad demandada de un bien y su propio precio, pero, por supuesto, pueden cambiar en cualquier momento.
Aumento de las preferencias por ese bien, digamos, por ponerse de moda o descubrirse alguna propiedad curativa o por una situación climatológica que propicia su consumo.
Aumento de la renta (suponiendo que se trata de un bien normal).
Aumento del precio de bienes sustitutivos o disminución del precio de bienes complementarios.
Movimientos
En el análisis de cualquier función conviene separar los desplazamientos de la curva de los movimientos a lo largo de esta. En la función directa de demanda que estamos analizando estos movimientos indican la sensibilidad de la cantidad solicitada de un bien ante variaciones en su precio, suponiendo constantes todos los demás determinantes.
Elasticidad precio
Demanda e ingresos
Demanda individual
Demanda y precios de mercado
Nos indica el porcentaje de variación de la cantidad demandada del bien q ante una variación porcentual dada del precio del mismo bien (p).
Las funciones de demanda con elasticidad constante son una excepción, pero una excepción que merece la pena estudiar habida cuenta de su significado eco- nómico y su función didáctica. Los casos más significativos se reducen a tres:
Demanda vertical
Demanda Hiperbólica
Demanda horizontal
Su elasticidad es infinita en todos sus puntos. Una elevación del precio, por muy pequeña que sea, reduciría la cantidad vendida a cero.
La elasticidad es nula. Una elevación del precio, por muy alta que sea, no afecta a la cantidad demandada y vendida.
Las hipérbolas son funciones del tipo q = a/pn. La elasticidad viene dada por el exponente de la variable p. La función q = = a/p (con exponente 1) se conoce como hipérbola equilátera pues se acerca asintóticamente a los ejes. Su elasticidad es unitaria.
la cantidad del bien q que demanda un consumidor representativo a diferentes precios unitarios (p).
Desde la perspectiva del consumidor, la función de demanda nos indica su disposición a pagar. Supuestamente, esta «disposición» está relacionada con la utilidad que recibe el demandante por los diferentes lotes consumidos
Desde la óptica del empresario-monopolista que produce y vende en exclusiva el bien q, la función de demanda aparece como una función de ingresos. Cada punto de la curva de demanda le indica al empresario qué cantidad podría vender a cada precio. Esas ventas no son otra cosa que los ingresos empresariales.
Podemos distinguir tres tipos de ingresos:
Ingresos medios
Ingreso marginal
Ingresos totales
Es el producto del precio unitario (p) por el número de unidades vendidas (q).
Al dividir el ingreso total por la cantidad, obtenemos el ingreso medio, que no es otra cosa que el precio unitario del bien q. La función de ingresos medios corresponde, por tanto, a la función inversa de demanda, la cual determina el precio en función de la cantidad vendida.
Indica cuánto aumentan los ingresos totales al venderse una unidad adicional. A tenor de la información facilitada por la función de demanda, el empresario que desee vender más unidades ha de bajar el precio, siendo incierto el resultado sobre el ingreso total.
Si la demanda del bien i supera con creces a la oferta que puede llegar al mercado en este momento, el precio del bien i tenderá a subir. El aumento del precio disuadirá a algunos de los potencia- les compradores y, al final, la demanda volverá a equilibrarse con la oferta.
Las variables que influyen en el resultado son múltiples: a) tipo de industria: competitiva o monopolista; b) tipo de bien: reproducible o no reproducible, y c) horizonte temporal: corto o largo plazo.
Los tres escenarios más significativos:
Bienes no reducibles
Bienes reproducibles en condiciones competitivas (corto plazo).
Monopolio
se produce cuando en una industria existe una única empresa oferente. Sin competidores a los que temer, el empresario fijará el precio tan alto como admitan los demandantes. En mercados monopolistas la demanda influye en el precio para toda clase de bienes y sea cual sea el horizonte temporal contemplado.
constituyen una colección de bienes claramente identificada e imposible de aumentar. sus creaciones constituyen una oferta fija. En estas condiciones de escasez, la elasticidad y la posición de la demanda cobran pleno protagonismo Ante el aumento de la demanda, su precio subirá hasta el punto que los demandantes estén dispuestos a tolerar.
Utilizamos habitualmente son mercancías que han sido producidas y que son susceptibles de reproducción a un coste unitario constante. La competencia entre los empresarios presionará el precio hacia el coste unitario de producción.
Referencia: Dejuán Asenjo, Ó. (2017). Economía: fundamentos y claves de interpretación (2a. ed.). Difusora Larousse - Ediciones Pirámide. https://elibro.net/es/lc/umgvirtual/titulos/105565 Capítulo 3