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EBIDAS EN LA NVA ESPAÑA - Coggle Diagram

- - - - En el caso de México, Raúl Guerrero, reconocido antropólogo y especialista en la cultura del pulque, explica que cuando un hombre excede los límites del alcohol se le conoce como borracho, ebrio, cuete, estar hasta las manitas y en lenguaje vulgar se utiliza la "palabra pedo, término correcto en el idioma castellano, y además castizo, como sinónimo de borracho".
        
        A lo largo de la época colonial, la producción y consumo del "chinguirito" estaba restringida; la corona sólo permitía su elaboración y comercio en la península de Yucatán. Pero, en el resto del territorio novohispano era relativamente sencillo adquirir la bebida alcohólica, ya que con gran facilidad se conseguía azúcar y los instrumentos para su destilación eran tan rudimentarios que cualquiera podía acceder a ellos.
        
        La legalización del aguardiente de caña fue un proceso lento que consumió muchísimo tiempo.
- - - - necesitaba mayores recursos para obras y servicios públicos; el presidente de la Audiencia, Juan Canseco Quiñones, decidió entonces reglamentar la fabricación y comercio del vino mezcal y ordenó la creación de un estanco con el fin de asegurar el cobro de impuestos y tener un relativo control de calidad sobre el mezcal que entraba a la ciudad.
- - - - Uno de los vicios más grandes, que afectó principalmente a las élites, fue la obsesión con el lujo en la vestimenta, usada y fabricada con exuberancia, boato y ostentación. En días de fiesta pero también en el diario vivir, los hombres y mujeres prehispánicos eran exquisitos a la hora de adornarse el rostro, la cabeza y el resto del cuerpo.
        
        Los guerrerosvestían pieles y plumas de animalesMientras más exóticos y poderosos, más poder demostraba el guerrero, pues significaba que era un excelente cazador.
        
        Sapa Inca
        
        Pero el vicio de vicios fue el mismo que se mantiene hasta nuestros días: la fiesta; una fiesta con exceso en la bebida, un exceso que va más allá del gusto, más allá de la abundancia y puede llegar, incluso, hasta la muerte.
        
        Fiestas patronales
        
        Allá por 1598, el sacerdote Gerónimo de Ávila recopiló la historia de Pariacaca: una especie de Hércules andino quien, en su aventura más épica, desafió a un cacique, no a una batalla ni a un duelo a muerte, sino a la organización de una fiesta. Quien organizara la fiesta más grande, con más esplendor y con más exceso, sería el nuevo gobernante de la región.
        
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