Se trata de test en los que se somete a la probeta a fuerzas de naturaleza mecánica de una determinada carga. Incluyen un amplio abanico de experimentos, tales como pruebas de fatiga, dureza, rotura, resiliencia, compresión, tracción, torsión o flexión.
Sea cual sea su naturaleza, los distintos tipos de ensayos destructivos cumplen una función básica en cualquier obra de ingeniería: asegurar la fiabilidad de los materiales que se van a emplear para construir estructuras, ya sean arquitectónicas, automovilísticas, navales o de cualquier otra índole.