El conocimiento científico se caracteriza por la búsqueda constante de leyes y principios que rigen los fenómenos naturales. Deriva de la palabra ciencia (del latín scientia, de scire, o sea “conocer”). Se emplea para referirse a la actividad humana cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y la producción de saberes obtenidos por medio de un método organizado de manera deductiva, que aspira a alcanzar el mayor consenso posible. Es una forma de conocer la realidad, o sea, los fenómenos que ocurren en la naturaleza y en la sociedad, que incluye todo lo que existe a nuestro rededor, lo que cabe dentro de nuestra capacidad de entendimiento, lo que es el mundo y lo que somos nosotros.