Lo que la Biblia y nosotros creemos es que Dios está en el origen de todo, independientemente de cómo la ciencia explique dicho origen. Dios interviene en todo el proceso: antes del big-bang y en el big-bang, es decir en el paso de la no-vida a la vida, en el momento de la postura erecta, en el salto cualitativo de la conciencia refleja o de la aparición del homo sapiens, como intervino en el Éxodo o en la resurrección de Jesús de Nazareth. El primero de estos hechos es el que permite ver a los israelitas la mano de Dios en la creación, y el segundo es el que permite ver a los cristianos la salvación de Dios.