Además de minimizar la pérdida de color por las luces, el maquillaje ayuda a crear al personaje y contribuye también a su caracterización exterior, adecuando la apariencia física a las exigencias del guión. Este tipo de maquillaje puede ir desde un leve envejecimiento, rejuvenecimiento o una cicatriz inexistente, hasta el extremo opuesto, a convertir a una persona en un monstruo, o un personaje de ficcion.