Hace dos años fui de vacaciones a Puerto Vallarta, y como no iba a ir con mis papás, yo planeé el viaje sola y tomé mis decisiones de acuerdo con mis necesidades y preferencias. Principalmente estaba la decisión de qué tipo de transporte tomaría para llegar hasta allá, y aunque algunos me llamaron ridícula por ser una corta distancia, decidí viajar en avión, porque a pesar de que es más barato ir en camión de Guadalajara a Puerto Vallarta, me encanta volar, es mucho más rápido, cómodo, y además odio las carreteras. Yo no quería perder nada del tiempo que tenía para estar ahí, así que esa era mi mejor opción. Después, en la decisión de dónde hospedarme, consideré que no tenía el dinero para quedarme en un hotel, y menos en uno lujoso, así que decidí buscar Airbnb's. Mientras los buscaba, ninguno me convencía porque yo necesitaba uno con ciertas características: Que estuviera muy cerca del mar (que pudiera caminar hasta ahí porque no pensaba gastar extra en transporte), que tuviera alberca, que el baño y la cocina fueran privados, y que se ajustara a mi presupuesto. Al final encontré uno justo con esas características y el mar estaba bajando las escaleras.