Conocer mejor nuestro target: El estudio de mercado permite basándonos en su segmentación demográfica (edad, sexo, nacionalidad), hábitos de compra, nivel de ingresos y otras variables psicográficas (inquietudes, gustos, valores, estilo de vida, opiniones), etc.
Minimizar los riesgos: Aplicar los diferentes métodos y herramientas de análisis de la información contribuye a minimizar los riesgos en las decisiones estratégicas de una empresa.
Ahorrar costes: Determina el sistema de ventas más adecuado de acuerdo a lo que el mercado está demandando. Además permite saber cómo cambian los gustos y preferencias para poder responder y adaptarse a ellos y no quedar fuera del mercado.
Ahorro de tiempo: La investigación de mercados permite conocer fácilmente las tendencias del mercado y no quedarse fuera de ellas.
Mayor cobertura geográfica: Nos ayuda a conocer el tamaño del mercado que se desea cubrir en el caso de vender o introducir un nuevo producto.
Más creatividad: Nos permite visualizar qué está ocurriendo en el mercado y cuáles son las tendencias. De esta manera facilita una disposición más creativa e innovadora adecuada a las necesidades del cliente.
Conocer mejor a nuestra competencia: Nos permitirá saber en qué división jugamos porque si no sabemos la situación competitiva de la empresa es difícil mejorarla. Veremos qué ofrecen otras marcas y qué motiva a las personas a la compra de esos productos. El análisis e investigación de mercado busca conocer el entorno del mercado para enfrentar mejor la competencia en la disputa por las preferencias de los consumidores.