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Capitulo 3: Tres niveles de diseño, Las respuestas que los seres humanos…
Capitulo 3: Tres niveles de diseño
Las respuestas que los seres humanos damos a las cosas y a los objetos y del mundo son complejas, y vienen determinadas por una amplia variedad de factores. Algunos de estos factores se hallan fuera de la persona y los controlan el diseñador y el fabricante, o la publicidad.
Pero algunos factores provienen del interior, de las propias experiencias privadas.
Cada uno de los tres niveles del diseño; el visceral, el conductual y el reflexivo desempeña su función a la hora de modelar la propia experiencia, Cada uno tiene igual importancia que los demás, pero exige del diseñador que adopte un enfoque diferente.
DISEÑO VISCERAL
El diseño visceral lo hace la naturaleza. Los seres humanos hemos ido evolucionando para poder convivir en un entorno en el cual viven otros seres humanos, animales y plantas, en el cual hay paisajes y condiciones meteorológicas cambiantes, así como una larga serie de otros muchos fenómenos naturales.
Á resultas de este proceso evolutivo hemos sido exquisitamente puestos a punto para recibir las potentes señales emocionales que emite el entorno en el que vivimos y que interpretamos de manera automática en el nivel visceral.
Todo en este nivel de diseño se centra en el mensaje, en la cultura y en el significado de un producto o su uso.
Por un lado, se trata de un diseño que trata del significado de las cosas, de los recuerdos personales que algo puede evocar.
Por otro lado, es algo muy distinto, y se centra en la autoimagen y en el mensaje que un producto permite enviar a los demás.
Un mal diseño conductual puede crear gran frustración, hacer que los objetos parezcan tener vida propia, que se niegan a obedecer, que tienen una respuesta inadecuada respecto a sus acciones, que son ininteligibles y, en general, puede hacer que a cualquiera que trate de usarlos le entre una mayúscula e indefinida depresión.
No es de extrañar que esta frustración acabe estallando en furia, haciendo que el usuario la emprenda a puntapiés, gritando y maldiciendo Peor aún, no hay excusa que justifique tal frustración. La culpa no es del usuario, la culpa es del diseño.
Los principios que subyacen al diseño visceral están prefijados, son constantes en los distintos individuos, pueblos y culturas. Sí operamos ateniéndonos a estas reglas, el diseño resultante siempre será atractivo, pese al hecho de ser, en cierto modo, simple.
son los cuatro componentes del diseño conductual: la función, la comprensibilidad, la usabilidad y la sensación física. A veces la sensación puede convertirse en la razón de ser del producto.
De este modo, la primera prueba conductual que un producto debe superar es aquella de conseguir que satisfaga necesidades.
El primer paso que hay que seguir en lo que se refiere a diseño conductual consiste precisamente en comprender el modo en que el público utilizará los productos
En este nivel, recordamos el producto, reflexionamos sobre su atractivo general y la experiencia que deriva de su uso.
Aquí entran en juego muchos factores y las deficiencias que pueda presentar un aspecto del producto quedan compensadas por las virtudes de otro.
En este nivel las dificultades menores pueden muy bien ser pasadas por alto en la evaluación de conjunto o bien realzarse e intensificarse, sacándolas totalmente de quicio.
El impacto general que tiene un producto se consigue a través de la reflexión (a través de la memoria retrospectiva y la nueva evaluación).
La atracción que los seres humanos experimentamos por los sabores dulces y los olores agradables, así como por los colores muy saturados y brillantes procede, sin lugar a dudas, de este proceso de coevolución en dependencia recíproca que se ha dado entre plantas y seres humanos.
Cuando consideramos que una cosa es bonita, emitimos un juicio que proviene directamente del nivel visceral
En el nivel visceral dominan los rasgos, las características físicas (el aspecto, el tacto y el sonido).
Diseño conductual
En el diseño conductual todo se basa en el uso. La apariencia, en realidad, no importa, la lógica tampoco, pero, en cambio, el rendimiento, sí. Éste es el aspecto en el que se centran los profesionales que trabajan en el ámbito de la usabilidad.
Diseño reflexivo