En el continente europeo hay miles de veteranos de guerra, que cansados del desempleo, la
inflación y el predominio burgués, comienzan a rescatar lo positivo de la situación anterior. Esto es más notable en las naciones derrotadas como Alemania y Hungría, además de la vencedora Italia, que es la
insatisfecha en cuanto a las promesas recibidas. Los valores marciales, la camaradería de los guerreros y la emoción de la violencia y la acción, son rescatados por movimientos fascistas, sumados a los de
orden y disciplina, la gloria nacional, el culpar de los males actuales a los judíos y a los bolcheviques, achacando la falta de progreso a los intelectuales decadentes y a las satisfechas clases medias.