En la medida que transcurrieron los días y la familia se adapta a su nueva casa, Zezeo comienza a ver con estima la pequeña planta de naranja lima. El niño comienza a hablar con el arbusto, hasta estrechar verdaderos lazos de amistad. El estado de pobreza y austeridad que vivió Zezeo y sus demás hermanos, hacía que ellos no tuviera ningún tipo de jueguetes, pero el niño se entera que en su comunidad llegará una gran carga de juguetes que fueron donados por el alcalde. Zezeo se emociona con la noticia y comenta con sus hermanos para que lo acompañen hasta el lugar de la repartición de los juguetes. Sus otros hermanos tardaron en acompañarlo hasta el lugar; esto provoca que al llegar el sitio, el camión de juguetes ya se había marchado. Se quedaron sin juguetes. La solidaridad entre hermanos es lo que enternece al lector de Mi planta de naranja lima, ya que en navidad Zezeo, sólo recibió un caballo de manera por parte de su tío Edmundo, pero al ver que su hermano menor, Luis, no recibió su regalo, decidió traspasarle su caballo. En ese instante, Zezeo lamenta ser muy pobre. El niño le reclama a su padre el estilo de vida que han llevado, éste pierde el control y se aleja de su pequeño hijo, quien sigue lleno de tristeza.
A lo largo de la historia, Zezeo hace muchas travesuras que a la postre, recibe castigos y palizas por parte de su padre. En una oportunidad, asustó a una mujer, al transformar un pequeño calcetín en una serpiente. Zezeo recoje del suelo a un pajarito herido, lo lleva a su casa. El pequeño niño se encariñó con el ave, pero su tío siempre sabio le aconsejó que lo liberara cuando recuperara la sanidad en sus alas lastimadas.A pesar que el pequeño protagonista siempre actuaba con ingenuidad y para agradar a los demás, siempre le recriminaban su proceder. Por ejemplo, en un episodio de Mi planta de naranja lima en una oportunidad el niño regaló en varias ocasiones un inmenso ramo de flores a su maestra, pero ella se dio cuenta que esas rosas fueron robadas, por lo que reprocha el niño para que no siga robando.
Las travesuras de Zezeo no se detienen, ya que en otra oportunidad consiguió cebo de vela para desplegarlo en unos escalones de un casino cercano a su vivienda. Una señora que disponía entrar al recinto resbala y cae, provocando que el niño muriera de risa. Afortunadamente para él, sus padres jamás se enteraron de la osadía de la criatura; de lo contrario, sería víctima de otra paliza por sus travesuras inocentes. La familia de Zezeo atravesaría nuevamente por problemas económicos, ya que el padre fue despedido de su trabajo. Esto hace que Zezeo salga a las calles para vender folletos junto a un compañero de su colegio. La impotencia y desesperación del padre hace que su actitud con toda su familia cambie, para aumentar de sobremanera la crisis del momento. La tristeza embargaría nuevamente al protagonista del relato, convirtiendo en su refugio la planta de naranja lima de su jardín.
Un día saliendo del colegio, Zezeo se trepaba a los vehículos que transitaban cerca de su casa para aprovechar el transporte. El niño solía viajar en la maleta de los carros, pero un día el chofer se percató de la presencia del niño en la parte de atrás, se baja del automotor para golpearlo como castigo. Zezeo llega herido a su casa para charlas inmediatamente con Minguito (este es el nombre que otorga el niño a su planta de naranja lima), para tratar de escapar de su triste realidad. Zezeo siguió incurriendo en problemas por causa de sus travesuras. El niño atravesaba el muro en una casa cercana para contemplar un jardín que le gustaba; pero al ser descubierto por su vecino y en su afan de salir corriendo para no ser golpeado, se corta el pie con un pedazo de vidrio en el suelo. Su hermana mayor, Gloria, cura el pie del pequeño, pero seguía desangrando hasta el punto de ser asistido por la enfermería de la escuela. Se fue del lugar con galletas y caramelos que más adelante repartió a sus hermanos.
Avanzada la historia de Mi planta de naranja lima, Zezeo s reencuentra con el chofer del vehículo del cual cae en uno de sus viajes de imprevisto. Ambos se hacen muy amigos y relatan tanto los episodios buenos como los malos de sus vidas. El niño le tomó gran afecto al Portugués, hasta el punto de adoptarlo como su segundo padre. Una nueva ilusión llega a la vida de Zezeo que intentaría darle un momento de alegría y no es más que la fabricación de un globo. Su hermano Totoca le incentiva a reunir una pequeña suma de dinero para comprar materiales que necesitaban para construirlo. Ya con todos los utensilios importantes, los hermanos comienzan la ardua tarea de hacer su gran globo, pero fueron interrumpidos por otro de sus hermanos para que fuesen a almorzar.
Zezeo no atiende el llamado de su hermano para comer, haciéndole rabiar y destruir el globo que estaba construyendo. Este acontecimiento llevó a que los tres hermanos resultaran golpeándose entre si, hasta que Gloria interviene para defender a Zezeo. Olvidado este incidente, el infante encuentra a su padre afligido al no encontrar trabajo; el protagonista creyó conveniente cantarle varias canciones para subirle un poco el ánimo, pero el padre tomó este hecho como una falta de respeto, por lo que golpeó aún más a su hijo. Zezeo llega a un punto de desesperación y de dolor, hasta confesarle a su madre que jamás debió haber nacido, pues desde su llegada al mundo, no ha hecho otra cosa que sufrir y ser reprendido por tratar de hacer las cosas bien.
El niño convoca al Portugués para contarle lo sucedido; en una de esas declaraciones, el hombre se aterroriza por las palabras del pequeño, quien desea quitarse la vida al arrojarse a las vías del tren, pero el Portugués lo convenció de no hacerlo. En un día de pesca con su mejor amigo, Zezeo le comenta al Portugués para que lo adopte y sea parte de su familia, ya que está cansado de su vida precaria y de los maltratos de su padre. El hombre replica que no puede adoptarlo, pero procurará su bienestar de ahora en adelante, para hacerle su vida más feliz. Los momentos de felicidad de Zezeo y el Portugués fueron muy breves, porque la tragedia llegaría nuevamente a la vida del niño, en virtud de extender las arterias viales que comunican su casa con el resto del vecindario.
Para su infortunio, la planta de naranja lima estaba resplandeciente, pero debía ser derribada para dar continuidad a la prolongación del asfalto. Desde luego este hecho le rompió el corazón en mil pedazos a Zezeo, debido a la relevancia de la planta de naranja lima en su vida. Por si fuera poco, su padre putativo muere cuando el tren se lleva por delante a su vehículo mientras conducía, esta pérdida trastocó por completo a Zezeo, quien perdió por un momento la razón y entró en estado de shick, hasta ir deambulando por las calles con la mirada perdida y sin decir palabra. Uno de sus hermanos lo auxilió para llevarlo a casa, donde recayó en la enfermedad para dejarse morir y reencontrarse con su amigo en el cielo.
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