Está narrada en segunda persona de singular. La voz, se dirige al personaje principal, Felipe Montero,esto crea un efecto de oralidad, es decir, como si el lector en lugar de leer, estuviera escuchando la historia que el narrador le relata.De manera casi inconsciente el lector se identifica con ese «tú» al que la historia se dirige, de manera que se siente aludido por la narración. "Sin embargo, no te engañas: esos ojos fluyen, se transforman, como si te ofrecieran un paisaje que sola tu puedes adivinar y desear."