"Los hombres de cultura son los verdaderos apóstoles de la igualdad. Los grandes hombres de cultura son aquellos que están apasionados por la difusión, para hacer prevalecer, para propagar de un extremo a otro de la sociedad, el mejor saber, las mejores ideas de nuestro tiempo; que han trabajado para quitar a este saber todo lo que le era áspero, difícil, abstracto, profesional, exclusivo; para humanizarlo, para convertirlo en eficaz fuera del núcleo de la gente cultivada y sabedora, aún siendo el mejor saber y el mejor pensamiento del tiempo, y una verdadera fuente, por lo tanto, de la suavización de la luz" (Arnold 1993: 79).