Un ejemplo sería una persona que en una empresa habitualmente trabaja en grupo, cada vez formado por personas diferentes. De acuerdo con los objetivos de trabajo y los diferentes perfiles que conforman el equipo, esta persona analiza las necesidades del equipo, los roles presentes y los roles necesarios, en base a esto adopta uno u otro rol, por ejemplo de estimulación, de coordinación, de conciliación, etc., para lograr unos resultados más efectivos. Las personas con inteligencia interpersonal no siempre adoptan el rol de líder, como erróneamente se cree, aunque son capaces de asumirlo de manera satisfactoria. Estas personas se caracterizan más por su capacidad de flexibilidad en cuanto a la adopción de roles según resulte más conveniente.