Es el vaso sanguíneo que recoge la sangre “limpia” después de que las nefronas hayan realizado su función, por lo que ya no hay tóxicos presentes en ella. Posteriormente, esta sangre que, pese a estar libre de sustancias dañinas, no tiene oxígeno ni nutrientes, conecta con la vena cava, la cual lleva la sangre desde la parte inferior del cuerpo hasta el corazón para que se oxigene.