Las HDL y las LDL han sido las más estudiadas por su importante actividad biológica: - las LDL, producto del metabolismo de las VLDL en plasma, son las encargadas del transporte del colesterol exógeno (y en mucho menos proporción, endógeno) hacia el interior de las células; - las HDL, sintetizadas en el hígado, remueven el colesterol no utilizado por las células (dentro de ciertos límites de concentración), transportándolo hacia el hígado para su degradación. Diversos estudios epidemiológicos han confirmado que el exceso de colesterol de LDL con respecto a un valor crítico (1,9 g/l) debe ser considerado como factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad cardíaca coronaria, considerando que el efecto protector de las HDL sólo parece tener relevancia dentro de cierto rango de concentraciones de colesterol circulante. Tales hallazgos permiten deducir que los valores aislados de colesterol de HDL o de LDL no pueden tomarse como índices predictivos de riesgo, sino que es necesario conformar un perfil lipídico con los valores de colesterol total, colesterol de HDL y colesterol de LDL.
El panel de expertos del National Cholesterol Education Program (NCEP) provee los siguientes valores de LDL colesterol en relación al riesgo de contraer enfermedad cardíaca coronaria (ECC): - Riesgo bajo o nulo (sujetos normales): valores de LDL colesterol menores de 1,29 g/l. - Riesgo moderado a elevado (individuos con probabilidad de contraer ECC): valores entre 1,30 y 1,89 g/l. - Riesgo muy elevado (individuos sospechosos de padecer ECC): valores de LDL colesterol ≥ 1,90 g/l. No obstante, es recomendable que cada laboratorio establezca sus propios valores de referencia.