La tasa de cambio influye en los activos, en los pasivos y en el capital del país, razón por la que sus variaciones son perjudiciales o benéficas. Por ejemplo, cuando una empresa nacional está exportando algún producto y el dólar se revalúa, el rendimiento económico será alto, pero, si por el contrario el valor de dicha divisa desciende más allá de lo que se considera "cómodo" o "balanceado", el negocio realizado por la empresa representará, sobre todo, pérdidas; esto obligaría a la empresa a tomar decisiones para poder sobrevivir en el mercado, dando paso a despidos, reducción de salarios, sobrecarga laboral, etc.