Se concluye que, el crecimiento de la economía ecuatoriana mejoró durante la primera década del 2000, en su gran mayoría, esto se debió a los altos precios del petróleo, el incremento de las remesas, la depreciación del dólar y las bajas tasas de intereses internacionales. Sin embargo, nuestro país posee una economía volátil, esto es posible evidenciarlo en las variaciones presentadas tanto en la inflación como en el empleo durante las dos últimas décadas. En este contexto, la evolución de los indicadores sociales, permite establecer una correlación directa entre el entorno económico y el desempeño de los mismos.