Desde la esponja animal más primitiva hasta el mamífero más evolucionado, la complejidad del sistema nervioso aumenta gradualmente, especialmente la complejidad del centro de control. Este proceso eventualmente conducirá al desarrollo de nuestro cerebro, que puede realizar funciones únicas en biología, como la memoria, la inteligencia, la capacidad de razonamiento, la capacidad de aprendizaje, etc.