Sus autores, Parlett y Hamilton (1972, 1976), rompen con la tradición empírico-racionalista para trasladar al campo de la evaluación educativa los métodos de trabajo propios de la investigación antropológica. El estudio holístico que proponen debe abarcar desde el análisis pormenorizado del contexto en el que los individuos intervienen, para descubrir la existencia de múltiples realidades que interactúan, asumidas o no por la colectividad, a los resultados, destacando de modo especial los procesos. Precisamente esta es la causa de su desdén hacia las pruebas psicométricas y de basarse en una metodología cualitativa, observacional, flexible de acuerdo con el momento de la investigación y del contexto con sus propios condicionantes psicosociales-, negociada con los implicados, centrándose y profundizando progresivamente en aquellos aspectos más significativos de los que en ese "escenario" tienen Lugar.