Dado el contexto actual, en el que las personas viven más que en cualquier otra época pasada, cabe preguntarse qué significa el envejecimiento en nuestros días. Para ello se debe partir de la idea de que el envejecimiento “como proceso histórico-social también es dinámico y heterogéneo” (Osorio 2006: 3). Ciertamente, el envejecimiento “tiene un sentido social, es decir, se construye socialmente y está referido a las conductas y actitudes adecuadas para una determinada edad cronológica, a las percepciones subjetivas que tienen de sí mismas las personas que llegan a determinada edad, y a las que tienen las otras personas que no viven este momento (jóvenes y adultos), con quienes interactúan” (MIMP 2009a: 17)