El proceso de consolidación se integra, básicamente, por una serie de procedimientos necesarios para reunir la información financiera de las empresas integrantes de un grupo y, aunque cada etapa requiere pasos específicos, sus objetivos globales son comunes: la combinación de las cuentas de activo, pasivo, capital contable, ingresos y egresos de las diversas compañías, así como los ajustes y eliminación de las cuentas recíprocas y de las transacciones realizadas entre compañías.