Las evidencias evolutivas se deben gracias a diferentes trabajos, como la arqueología, biología, bioquímica, genética, entre otros, ya que con estos se estudia y se evidencian las diferencias y cambios que han tenido algunos cuerpos con el paso del tiempo, por ejemplo las jirafas, sus antepasados contaban con cuellos más cortos, También se cuentan con pruebas biogeográficas, registro fósil, anatomía comparada y embriología comparada.