La relación con el adolescente ( Cuando un adolescente es llevado a consulta por sus padres puede ocurrir que no asuma el punto de vista de ellos por su tendencia a la oposición, se niegue a aceptar su visión y por lo tanto a colaborar con el profesional), la comunicación de resultados (cuando llega el fin de la evaluación hay que comunicar los resultados. Es preciso que este acto se lleve a cabo conjuntamente con el joven y los padres, porque la aceptación del diagnóstico es esencial por ambas partes, las cuales tienen que asumir las tareas respectivas que deben conducir a su solución. esto es algo que siempre ha estado claro en el mundo de la evaluación del adolescente pero no ha solido ser asumido en etapas anteriores), la dependencia (El adolescente es un pez
que nada entre dos aguas: en ocasiones es dependiente de sus padres, y en otras no), el caso de divorcio (A este respecto es importante conocer el grado de implicación que cada miembro de la pareja tienen en orden a resolver el problema planteado. Un tema que cada vez tiene más relevancia es el de la dependencia del un niño, cuando sus progenitores viven separados), la plasticidad (Este es un elemento fundamental a tener en cuenta en la evaluación infantil, sobre todo en la situación de entrevista. Cuando un evaluador pregunta a un niño tiene que tener sumo cuidado en no incluir en su pregunta ninguna pista de posibles respuestas) y la comorbilidad (Por si todo esto fuera poco, la evaluación infantil tiene un problema añadido de discriminación diagnóstica, puesto que la probabilidad de que se den conjuntamente dos trastornos es altísima. La comorbilidad se da tanto en el mundo adulto como el infantil especialmente en población clínica; sin embargo, tiende a ser más alta en los niños que en los adultos.