La vida moral expresa a la persona en su totalidad, a través de los actos, las actitudes y la opción fundamental, que orienta las dos anteriores hacia una finalidad. El acto, supone pleno conocimiento y decisión libre; las actitudes, es actuar de una cierta manera, una decisión moral que constituye una orientación mental y afectiva perdurable; por último, en la opción fundamental se llega al núcleo de la persona, es la orientación, la dirección hacia el fin, el cual este fin es Dios.