El acero es una aleación de hierro con otros elementos metálicos (como el níquel, cobalto o cobre) o no metálicos (como el carbono o el azufre) y, por lo tanto, retiene muchas de sus propiedades, dependiendo del porcentaje de mezcla que exhiba. El acero suave contiene niveles de carbono entre 0,15 y 0,25%, es decir, casi hierro puro, y conserva muchas de sus propiedades ferromagnéticas.[2]