Cálculo de Beneficios

La estimación de beneficios tiene por finalidad medir los cambios en el bienestar de la población que puedan ser atribuidos al proyecto, eliminando el efecto de factores externos que podrían influir en los resultados observados. La metodología basada en el concepto de evaluación de impacto social permite determinar con certeza la relación causa-efecto entre un proyecto dado y sus efectos sobre la población beneficiaria. Consiste, grosso modo, en la construcción de un escenario contrafactual a través del cual se comparan los ingresos en la situación con proyecto con aquellos que se obtendrían en una situación en la que el proyecto no es implementado. De este modo, se puede estimar el incremento de los ingresos que pueden ser efectivamente atribuidos al proyecto. En ocasiones basta con comparar los ingresos en la situación al final del proyecto con los ingresos observados antes de su ejecución o línea de base.

Concepto de beneficios

a. Aumento en la producción de bienes y servicios de los pequeños productores.

b. Reducción o mitagación del probloema

c. Reducción de costos

d. Aumento ya de empleo, capacidades sociales, empatitía

e. Incremento de los ingresos de recursos relacionados a bienestar social.

Para la determinación de beneficios debe considerarse sólo los “incrementales”; es decir, la porción de beneficios que se espera que ocurran si efectivamente se lleva a cabo el proyecto. Por lo tanto, no deben incluirse aquellos beneficios que estarían ya ocurriendo bajo la situación sin proyecto.

Período de análisis de beneficios

El análisis de los beneficios debe extenderse a un período futuro idéntico al adoptado para el estudio de los costos de operación del proyecto. Este, a su vez, debería corresponderse con la vida útil del proyecto. En muchos casos, el período de análisis se restringe, por razones de simplificación o para evitar períodos de proyección excesivamente largos, a un número de años menor al de la vida útil de las instalaciones o equipos. En estos casos se incorpora a los costos, con signo contrario, el valor residual de la inversión.
No obstante, puede ocurrir que dicho valor residual no refleje debidamente el potencial del proyecto para continuar generando beneficios por un período más prolongado. Si el valor residual se correspondiera exactamente con el valor descontado de la corriente remanente de beneficios luego del fin del período considerado, se estaría en la situación límite de indiferencia que admitiría la decisión de descontinuar el proyecto. En este caso, la inclusión del valor residual como un costo negativo sería suficiente y, además, una medida exacta para el correcto juzgamiento del proyecto sobre la base de los beneficios y costos ocurridos durante el periodo bajo análisis. Por el contrario, si los beneficios actualizados remanentes excedieran al valor residual, la evaluación del proyecto lo subvaloraría y daría resultados conservadores. Esto lleva a un replanteo del concepto del valor residual, concluyéndose en que es más rigurosa su medición sobre la base del descuento o actualización de los beneficios remanentes. Obviamente, esta forma de valorización sólo es posible cuando esos beneficios pueden proyectarse con cierto grado de verosimilitud.

Beneficios directos e indirectos



Al evaluar un proyecto es necesario distinguir entre los beneficios directos e indirectos.

Los beneficios indirectos son aquellos que se obtienen en otras actividades distintas al proyecto, pero que resultan como efecto de éste. Podrían incluirse en esta categoría los beneficios consistentes en un mayor acceso a la educación a consecuencia de la ejecución de un proyecto de transporte; o por mejoras en el nivel sanitario de la población como consecuencia de la instalación de una planta de tratamiento de residuos.

Los beneficios indirectos pueden ser tangibles o intangibles y, según el grado de información que exista, pueden ser cuantificables a costo y esfuerzo razonables.

Los beneficios directos son aquellos que se relacionan en forma inmediata con el proyecto. La producción en un proyecto de promoción agraria, la disminución de los costos de transporte en un proyecto vial, o el valor de la energía producida en un proyecto eléctrico, etc.

Beneficios privados y sociales


El objetivo final de las inversiones sociales, ya sea que éstas sean efectuadas por entidades gubernamentales (en cuyo caso toman la forma de inversión pública) o por instituciones no gubernamentales sin fines de lucro, es obtener el máximo bienestar de la población, objetivo que, en términos económicos, significa obtener la máxima producción de una canasta adecuada de bienes y servicios. En ausencia de imperfecciones, el sistema de mercado permitiría determinar el nivel y la composición óptima de la producción, basándose simplemente en la información que surge de los precios.

Estructura del beneficio social

La población, al seguir libremente sus preferencias, se comporta de la manera más conveniente para sí misma, dados sus recursos iniciales.

Los factores que impiden que el sistema de mercado pueda funcionar en esa forma ideal –bienes públicos, externalidades, monopolios y asimetría de la información- generan un fenómeno de amplio espectro consistente en la divergencia entre los beneficios privados y sociales, entre los costos privados y sociales, o mejor, resumiendo, entre la rentabilidad privada y la rentabilidad social.

Matriz de proyección de ingresos

El instrumento que permite estimar los beneficios del proyecto bajo el enfoque recomendado en las intervenciones de promoción productiva es la Matriz de proyección de ingresos. La metodología consiste en la construcción de un escenario contrafactual, a través del cual se comparan los ingresos en la situación con proyecto, versus los ingresos que se estima se obtendrían en una situación en la que el proyecto no fuera implementado. De este modo, se puede estimar el incremento de los ingresos que puede ser efectivamente atribuido al proyecto implementado.

Lo que debe constar en una matriz de costos

  • Ingresos sin proyecto. Comprende la proyección de ingresos, tanto directos como indirectos, que se obtendrían en un escenario en el que el proyecto no ha sido implementado.
  • Ingresos con proyecto. Se refiere a los ingresos directos e indirectos generados por el proyecto.
  • Ingresos directos. Son ingresos que se obtienen directamente como resultado de la oferta de bienes o servicios generados por el proyecto. Se pueden cuantificar a través del precio o tarifa promedio que se cobrará por el producto ofertado multiplicado por el número de usuarios.
  • Ingresos indirectos. Son ingresos que no se generan inmediatamente como contraprestación del bien o servicio que produce el proyecto, sino mediante la cuantificación de los beneficios indirectos que aquel bien o servicio generará para la población beneficiaria del proyecto.
  • Ingresos directos. Son ingresos que se obtienen directamente como resultado de la oferta de un bien o servicio similar al producido por el proyecto -y que se oferta con anterioridad a la implementación de éste- pero que no tiene las mejoras que el proyecto añadiría. Cuantitativamente se obtiene multiplicando el precio o tarifa promedio que se cobra regularmente por el producto o servicio por el número de usuarios. En el caso de los proyectos que crean una nueva capacidad productiva (por ejemplo, la construcción de un nuevo centro de acopio o una nueva planta de producción), no existen ingresos directos en la situación sin proyecto, ya que por definición es recién con la inversión que se generan ingresos para la unidad ejecutora. Los ingresos directos en la situación sin proyecto representan los beneficios del grupo de control
  • Ingresos indirectos: Se refiere a los ingresos que no se generan como contraprestación del bien o servicio que se produce regularmente, sino a la cuantificación de los beneficios indirectos que dicho bien o servicio genera para determinada población con características similares al grupo beneficiario, la cual se constituye, para efectos de evaluación, en grupo de control. En términos cuantitativos, se calcula como el ingreso promedio que obtiene el grupo de control multiplicado por el número de personas que lo conforman.
  • Ingresos incrementales. Ingresos que resultan de calcular la diferencia entre los ingresos con proyecto menos los ingresos sin proyecto o, lo que es lo mismo, la diferencia entre los ingresos incrementales de la población beneficiaria y los ingresos incrementales del grupo de control para cada año de operación del proyecto. Este cálculo debe hacerse tomando en consideración dos momentos: antes y después de la ejecución del proyecto.