El contexto que favorece la codificación en Francia se determina por las siguientes causas: existía un caos jurídico que un Código podía solucionar, pues había una multiplicidad de legislaciones que hacían difícil determinar cual se aplicaría a cada caso, aunado a un desfase entre la realidad social y la vigencia del Corpus Iuris Civilis de Justiniano; además, al caos jurídico se sumaba el fraccionamiento territorial del derecho francés, pese a que Francia se había unificado desde el siglo XV, existía una pluralidad de legislaciones, derechos regionales y locales; una causa de índole doctrinal fue ver al Código como positivización de la racionalidad del derecho natural, pero no fue más que una sistematización del caótico derecho positivo vigente en un Código, pero con una justificación iusnaturalista racionalista; y una de índole política fue adaptar al derecho a los ideales liberales revolucionarios, pues el derecho positivo vigente a finales del siglo XVIII estaba impregnado de los principios del antiguo régimen haciendo necesaria su adaptación a los nuevos ideales con el triunfo de la Revolución Francesa (Pérez y González, s. f., pp. 24-27).