El adulto joven posee múltiples actividades de tipo laboral, social y familiar que hacen que, en algunos casos, se transformen en factores que influyen en el buen dormir. Asimismo las autoexigencias que se imponen para tener éxito personal y lograr posición en la sociedad, la lucha por consolidar una familia, entre otras, lo llenan de preocupaciones, las que puede llevar consigo en la mente al momento de acostarse a dormir.