A la Edad Moderna se la suele ubicar históricamente a partir del Renacimiento, en los siglos XVI y XVII, con Copérnico, Galileo y Kepler, para luego afirmarse en su metodología con Descartes, Bacon y Newton, un siglo más tarde. Las ciencias adquieren, por entonces, enorme y vital importancia, debido a una metodología de trabajo y de estudio, junto con aparatos e instrumentos más adecuados a la función.