Según Johnson (1992) y Hammer, Champy (1993), Bowman (1992), Wernerfelt (1984),Zeitz, Johannesson y otros (1997), Skinner (1989), Noble (1995), Pitelis (1998), las empresas competitivas deben entregar al mercado: productos y servicios que satisfagan las necesidades y expectativas del cliente. Con el fin de proporcionar su clientes con un valor superior al de sus competidores. Por ello, las empresas deben reducir los ciclos de producción y costos, mejorar la calidad de productos y servicios, mejorar las relaciones con proveedores y clientes, analizar y reorganizar sus estructuras organizativas para adaptarse a los cambios de las necesidades del cliente.